Belén y Adrián se conocen desde hace más de 3 años y desde entonces… ¡no se han vuelto a separar!
Cuando decidieron casarse, lo tuvieron claro: Casa Vesta en Zufre (Huelva) fue el lugar ideal para celebrar su gran día. Su boda fue en septiembre, un mes que en el sur de España sigue siendo muy caloroso y lo fue más aun ese día.
Una historia que ha traspasado fronteras
Su gran día fue tan bonito, íntimo y divertido, que hasta a nosotros que nos encargamos de la coordinación de la boda, se nos pasaron las horas volando. Lo mejor de su historia de amor es que ha trascendido continentes. Aunque empezó en España, se forjó en gran parte en la ciudad de los vientos, Chicago. Fue justo allí, en Febrero del 2021, donde Adrián le pidió matrimonio a Belén.
Al mes de ocurrir esto, ya tenían claro que su boda iba a ser en Huelva y contactaron con nosotras para que se la organizásemos. Desde entonces, durante muchas tardes (y mañanas en Chicago), nos coordinamos para que la diferencia horaria no supusiese un problema en la preparación de su gran día.
Fue en Julio de ese mismo año cuando tuvimos nuestra primera “cita” juntos en el mágico lugar en el que se desarrollaría el día especial, casa Vesta. Desde ahí, cuando ellos volvieron a Chicago, estuvimos trabajando online como un gran equipo. ¿Qué son solo 6.731km? 😉
Mucho amor en todos los detalles de la organización
Su andadura en Estados Unidos terminó en febrero del 2022, cuando volvieron a su hogar de forma definitiva. Desde entonces, seguimos trabajando juntos, aunque esta vez con ellos aquí.
Aunque depositaron toda su confianza en nosotras, quisieron participar de forma activa en la organización, creando su propia papelería que tenía relación con su flor favorita: los tulipanes. Para ellos, el bienestar de sus invitados en ese gran día era igual o más importante que el suyo propio. Por eso tuvieron detalles tan especiales como nombrar a las mesas de forma específica por sus grupos de amigos.
Los tulipanes y el color coral siempre presentes
Cuando finalmente llegó el día tan esperado, y pese a que fue una boda de lo más internacional con amigos de todas partes del mundo, todos y cada uno de los invitados pudo sentir el calor y el amor que desprendía esta bonita pareja.
Y es que Belén y Adrián han vivido en varios rincones del planeta. Desde Suiza, Alemania o la ya mencionada Chicago.
La calurosa tarde que vivimos no hizo mella en el precioso ramo de tulipanes color coral que llevó Belén, que se conservó genial durante todo el día.
Cante, baile y diversión asegurados en todo momento
El cante, el baile y la diversión estuvieron asegurados en todo momento, ya que desde el minuto número uno de la organización, eran prioritarios para ellos y querían que estuviese presente en todo momento. De hecho, la propia Belén, en un momento de la celebración, se animó a deleitarnos con su preciosa voz.
Fue todo tan fácil de gestionar, que disfrutamos con esta pareja muchísimo. Sus más de 250 invitados vivieron todos por igual y de forma única y muy especial, la alegría de su recién estrenado matrimonio.
Son pura luz y magia y, durante todas esas horas, irradiaron esa felicidad constantemente sin dejar de bailar y sonreír ni un segundo.
Han pasado ya dos meses pero todavía nos dura las sensaciones tan bonitas que vivimos ese día, donde los detalles y los gestos dijeron más que las propias palabras. ¡Qué vivan los novios!
¿Os ha enamorado esta boda tanto como a nosotras? Pregunta y te ayudamos con la tuya.